Utilizar cables de seguridad en las conexiones de mangueras reduce en gran medida el riesgo de daños a personas y equipos
Existen aplicaciones de mangueras donde un eventual fallo en la conexión, puede producir serias lesiones a personas y daños en los equipos circundantes.
Seguramente el aire comprimido es una de las aplicaciones más corrientes, pero a su vez potencialmente peligrosa también, por el efecto látigo que produce al tener efecto expansivo en caso de una desconexión accidental. Esta puede ser producida por múltiples motivos: desenganche accidental, mal estado de las conexiones, fallo del montaje, fallo de la propia manguera, conexionado defectuoso, etc.
Hay muchos otros tipos de aplicaciones que revisten potenciales riesgos, bien sea por la naturaleza del medio transportado, como productos corrosivos, tóxicos o potencialmente contaminantes, o bien por las presiones elevadas de servicio, que conviene evaluar para tomar medidas adicionales de seguridad, como los cables de seguridad.
La instalación de los cables de seguridad no reviste complejidad y permite que las operaciones de conexión y desconexión sean eficientes y seguras. Conviene que al posicionar los cables, éstos queden estirados a lo largo de la manguera para preservar la integridad de los mismos en caso de desconexión, y que este cumpla su función de evitar el efecto látigo.
Los cables son un elemento adicional de prevención de riesgos en las conexiones de mangueras y la elección de los acoplamientos, sistemas de montaje de los mismos, mangueras y otros medios de seguridad añadidos, como por ejemplo las conexiones "break-away" o con despresurización previa, deban ser valorados y seleccionados cabalmente. La seguridad de las personas depende de ello.